8 noviembre 2016
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19:42
Tenía pocos años, cara de niño, manos de niño, la voz tan tierna y el alma tan dulce, como solo la puede tener un hijo que viene a ti teniendo ya, alma antigua, bella y muy sentida.
Hoy, con veinte años ( bastantes más) tiene cara de niño, manos de niño, la voz de hombre; pausada, tierna y ríe como el ángel que siempre es.
...
Hay que recordar para atesorar lo que somos y Ser.
"¿Me quieres?" dijo, como quien tiene sed y pide agua mirando a la fuente...