El amor humano es solo una sombra que necesita de otros ojos para ser manifestado.
Vive latente, oculto… es como la cara oculta de la luna. Desconocida hasta que, por el sol, queda iluminada.
Efímero amor de los días y las noches…
Sonríe cuando florece, baila entretejido, abrazando tiempos y, herido, en los adioses llora.
Es fuego… arde avivado por el aire de su locura. Y hecho carbones y cenizas vuela hasta desaparecer, oscuro.
Es recuerdo, que en sueños, como pavesa de seda viene rozar tus labios, dormidos. Y es la fiebre y el dolor de un despertar amargo... siempre tardío.
Una flor es, que la arranques o no… no ha de ser eterna para el amor… amor humano.
Y ella, esa flor de amor, hasta morir, también es un ser vivo...