Te recuerdo que:
Si no estuvieras tú ( o yo) todo sería distinto.
Si no estuviéramos, todo sería distinto... sin falsa humildad y sin orgullo malentendido. De vez en cuando, sería muy adecuado e indicado, repasar (rekapitular) sobre la personal experiencia humana; que recordemos, haciendo hincapié en la influencia que, para bien, hayamos podido ejercer en otros seres humanos y no humanos. Porque no solo hacemos servicios a nuestros congéneres, también somos servidores de toda especie que habite nuestra Tierra; al menos.
Imaginad, por un momento, cuántos seres (conocidos) hubieran tenido una vida más difícil, sin vuestro apoyo, sin vuestro amor y servicio desinteresado... si hacéis, como digo una reflexión, pequeña y sencilla, tal vez, comprendáis cuán importante es vuestra disponibilidad humana. En un tema como este, me podría extender infinitamente, tal como eterna es la vida, pero hoy, solo quería poner de manifiesto, la importancia de estar o no estar, para ofrecer o recibir...
la oportunidad, ese gran valor, que pasamos por alto y es necesario tener siempre presente, sobre todo, cuando, por unos motivos u otros, transitemos etapas de vida menos agradables que nos lleven a pensar que nuestra vida no merece la pena; habiendo tantos seres (hasta desconocidos conscientemente) agradecidos por ella, nuestra existencia humana... por la graciosa Luz que se brinda, crece y alumbra cualquier oscuridad.
Por mi parte, antes de terminar mi corta observación, quería daros las gracias por vuestra presencia, (no en este blog), sino aquí en este bello planeta llamado Tierra
Sin vosotros, esta vida, tendría menos sentido
¡GRACIAS!