Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
9 agosto 2017 3 09 /08 /agosto /2017 17:40

 

 

Puesto que la muerte, es lo último que experimentamos como humanos y hoy, aquí y ahora, voy a escribir sobre ese paso y cambio de estado; comenzaré por el final... poniendo música.

Traigo una canción muy especial, repleta de  belleza y melancolía, que de principio a fin es un canto a todo lo que fue y ya no es... ya no es igual, ni jamás será igual que fue y, ni falta que hace, aunque nos parezca que sí, humanamente, al recordar. Definitavamente es un canto de amor a lo ido... a su  muerte, ça voulait dire tu est jolie/ Tú eres bonita, quiesiera decir.

La Bohème

https://youtu.be/H1nCIIXvZ4g

 

En el nacer y en el morir, se nos abre una puerta y salimos de allá donde hemos anidado un tiempo. Y, pocos son, los que se atreven a recordar y, menos a contar... bueno, poco a poco también esto parece que va cambiando y hay más personas que nos relatan sus experiencias o recuerdos de esos "partos".

Algunos de los que "partieron" y volvieron, han hecho alguna referencia a un ángel con algo así como una guadaña... hacen referencia a que cuando estaban muriendo lo vieron acercarse.

Cuando se está a punto de desencarnar, nuestra visión está más centrada, aunque sea sin querer, en lo de más allá, se pasa más tiempo, como dicen, "con los pies al otro lado", lo de este lado casi nos pasa desapercibido, y solo volvemos con cierto esfuerzo, cuando algo muy importante para nosotros, quiero decir, para nuestro corazón, lo requiere...

pero ciertamente, vislumbramos más de la estación hacia la que nos dirigimos que de acá... de ahí que haya personas que relaten, después, (si vuelven) lo de esa especie de ángel con guadaña.

A partir de aquí, se crean esos cuadros, algo terroríficos  en los que "dan vida" a algo que llaman, "la muerte o el ángel de la muerte" con sus cuentos y leyendas. Son cuentos, que mientras estás por aquí, hasta te pueden entretener un rato; pero puede que cuando se acerque esa hora de partir, se recuerde y cause pavor y, "el parto, en vez de ser una horita corta, se convierta en una pesadilla larga"

Tienen mucha razón los sabios que hablan de que la mejor preparación que podemos dar para vivir felices y tranquilos, es darle un sitio claro,  luminoso y sagrado a ese paso o parto llamado muerte... mostrar, dentro de nuestras posibilidades, y no dejarlo como algo oscuro y tabú, de lo que es mejor no hablar ni pensar...  como pesando que así podemos evitarlo.

Cuando nuestra esencia, alma, espíritu, o como quiera que le llames, sale del cuerpo o vehículo humano, que tan fielmente nos sirvió y amó, seguimos un tiempo unidos a él por una especie de cordón eléctrico ( porque nuestra energía es muy eléctrica sí ).

Es por eso que podemos, a veces, volver, porque ese cordón sigue unido al cuerpo... y, cuando ya, definitivamente, hemos decidido que es nuestra hora de dejar la encarnación presente, nuestro ángel (le solemos llamar, ángel custodio, o de la guarda) se encarga de cortar esa energía que nos une a al cuerpo ... es de ahí de donde ha surgido toda esa leyenda, "del ángel de la muerte".

¿Quiere esto decir que todos, al desencarnar lo van a ver?

Pues no... la muerte y el nacimiento es semejante a todos, y  todos, también, somos semejantes pero no iguales, así que cada uno experimentará su encarnación, nacimiento y muerte, digamos que de modo original, aunque haya cosas que compartamos con todos.

Como ya he contado en otra entrada, el día 25 del mes pasado, mi madre, desencarnó...

ya he vivido otras muertes de seres queridos, aunque en ninguna pude estar en el momento de la partida. Con mi bendita madre sí fue así y doy mil gracias siempre por esa oportunidad tan maravillosa de poder vivir junto a ella una experiencia tan sagrada ¡GRACIAS!

Quiero dejar dicho y escrito, lo importante que es, estar al lado de nuestro ser querido en ese momento, que sienta que no está solo, que nuestro amor infunda ánimo y valor si lo necesitase, porque puedo asegurar que ese amor, verdaderamente da sosiego y da alas.

Los últimos diez minutos de mi madre, fueron así, pudo respirar sin ansiedad ni mascarilla, pudo sonreir y mover sus labios a modo de besos y me pudo mirar y sonreir cobijada en mi amor, como un bebé que confía en su madre... y voló en paz a tomar la mano de su hijo amado que lla llevó directa a la luz....

... en mi pecho, hoy, hay  dolor. Es un dolor dulce y bello. lo vivo, sabiendo que cuando se haya ido, guardaré  un recuerdo de agradecimiento por la huella amorosa que, sin duda, dará luz a mi corazón.

¡Gracias, Te amo!

 

 

 

 

 

Compartir este post
Repost0

Comentarios