Cuando un ser que amamos parte hacia la luz, algo de nosotros se va CON ESE SER y, de igual modo, algo suyo se queda EN NOSOTROS.
El alma y espíritu de mi madre, voló hacia la luz, el día 25, festividad de Santiago apostol.
Ella, expiró en mis brazos, apenas unos segundos antes me había mirado y sonreído.
Poder estar a su lado en esos últimos momentos, poder manifestarle mi gran amor y agradecimiento, es algo que le agradeceré siempre, a ella, por así quererlo y a Dios, por permitírnoslo... ha sido, junto con el parto de mis hijos, la experiencia más hermosa, amorosa y sagrada que he vivido hasta este momento.
"Gracias, madre mía... gracias, por estar disponible para mí, por compartir tu vida conmigo, porque te amo tal cual, porque me amas tal cual... GRACIAS TE AMO... te amo en toda forma conocida y desconocida, amén"
"¡ERES BENDITA Y TE BENDIGO EN EL NOMBRE DE DIOS AQUÍ Y AHORA POR SIEMPRE!"
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