Los de la imagen son mis queridos Gus y Pelusa...

Gus, fue abandonado, con apenas una semana, por su madre... una gata fina, que también fue abandonada, cuando tenía dos o tres meses. Un día se saltó la puerta y se quedó "para siempre", aunque; cual felina,  era libre e independiente y entraba y salía a su aire. No era muy fuerte, así que cuando parió se vió superada, entiendo... un fin de semana, cuando llegamos al campo, comenzamos a oír, difícilmente, quejas y lloros de gato bebé... como a ratos se callaba, costó encontrarlo; pero al fin, dimos con él entre la maleza de unos arbustos. Era diminuto, tanto, que cabía en una mano. El lugar, donde lo encontramos, se veía que había sido el nido de la gata y sus cachorros; pero cual gata silvestre, cuando comprendió que no podía criar a todos, abandonó a un pequeñín. Mi hija, lo nombró Gustavo, pero; todos acabamos llamándole Gus... le criamos a biberón,( el primer día usamos uno de muñeca, tan pequeñín era). Él, sin dejar de ser gato, siempre me apreció como su madre humana.

 Cuando Gus estaba a punto de cumplir tres semanas apareció, de nuevo, la China (así llamábamos a su madre, por lo delicada que era... como un jarrón de China)  y no llegó sola, le acompañaba, una gatita linda, toda hueso, pellejo y pelo a modo de pelusa, de puntas..., la tomé y le di un biberón, que no tardó en tomarse con tetina incluída. Y aquél día, la China, se llevó una gran sofoquina, pues su gatita elegida la abandonó ( tal como la gata, hiciera con todos los demás gatitos), ya no quería volver con ella, por más que la madre  iba  y la obligaba a irse, luego, la bebé, volvía... Pelusa, así la nombré, quería sobrevivir a toda costa y había comprendido, que con su madre no había esperanza para ella. Y,  tal como hicimos con su hermano Gus, hicimos con ella... también fue adoptada de mil amores por la familia.

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Así, entraron aquellos gatitos  en nuestros corazones y nosotros en los suyos; para la eternidad, porque ya sabéis: el amor es eterno... o no es

El amor es algo vivo y sintiente. Si amas;  sientes, es inevitable, y a veces duele... hay quien dice que no, que el amor no puede doler, y esa, es la prueba de lo que es real o solo una ilusión... porque si amas, no importa lo que veas llorar  o decaer, o si estás apegado a eso  o no... si no sientes al amor bullir "respondiendo"... si no hay compasión, tal vez, engañes a otros pero no te engañes tú y sé consciente.

Y  eso mismo, aunque duela, nos hace elevarnos por encima de cualquier emoción y seguir; en paz, gracias a su fuerza, una fuerza que nunca, nunca nos abandonará... el amor, definitivamente; es como el gran espíritu maternal, a todo acoge y  a todo alimenta con su espíritu incondicional...

... a nada desprecia o abandona;

así es su ser,

como la rosa auténtica, 

tiene aroma y espinas.

Llegaron como una nueva primavera que disfrutar y agradecer...

se ofrecieron a mi vida como la madreselva a la abeja. Fueron como las flores fragantes del jardín, como los melocotoneros del huerto... dándose por completo en un presente, regalándose al vivir sin tiempo...

Llegaron necesitados, con miedo, a una tierra extraña en la que hicieron su casa, dándonos la oportunidad de aprender. Tomaron una madre humana, que aprendió de ellos a ser un poco gata. Eligieron ser maestros y lo consiguieron.

Recuerdo aquella piel suave y viva, sus caricias, la lengua de lija en mis brazos,  la luz de sus miradas amarillas y su ejemplo.

Recuerdo con dolor, la desaparición primero..., después, la búsqueda y al fin, el reencuentro con  el cuerpo, de mi pequeño Gus, atropellado...

y, años después, a  mi dulce fierecilla, Pelusa...,   sobre mi hombro falta de fuerza, ya enferma (envenenada)

Dicen que el amor es traicionero, que tiene doble filo, que duele... y es verdad que puede doler más que nada en este mundo.

Pero nada saben, y poco aprenden los que de vivirlo huyen o se defienden.

No hay nada que de más  por nada

solo el amor.

¡Amor, Bendito y Bienvenido; por siempre, en toda ocasión y circunstancia!

(Gracias)

https://youtu.be/9qpU3KEWQPQ