La sabiduría y belleza de algo simple, tan simple, como mirarse al espejo cada mañana...
Ponerse delante y cerca, muy cerca, para profundizar en nuestros ojos, ¡toda una experiencia!
os aseguro que la puerta se abre y os encontráis ante lo más tierno, puro y, puede que más desvalido de vosotros mismos.
Puede que vuestros ojos se llenen de gotas de un rocío, singular, que anuncia un amanecer distinto.
(GRACIAS)
Todos vivimos dentro de él, pero todos queremos más amor.
Y, todos pasamos de largo ante tantas cosas, ante tantas personas, ante, tantas oportunidades de brindar con él...
Y, nos quejamos de la injusticia y demás, esperando que esos de los que nos quejamos y a los que acusamos, cambien, y cambien todo al gusto, al gusto de todos. Porque parece que hay cosas en las que todos estamos de acuerdo.
Pero eso, ¿no es ser tan irresponsable como egoísta? ¿Acaso esos son extraterrestres, acaso no han surgido de familias como las nuestras...?
Así pues, aquí nuestro principio hace aguas. Y es ese, el que hay que cambiar para que lo que vaya surgiendo, vaya siendo diferente y no digo mejor, digo más... digo más amoroso, algo que pueda ser amable a todos, aunque todos seamos y/o, nos vistamos de colores diferentes.
... uno de estos últimos días, mientras realizaba mi ejercicio mañanero ante el espejo, dándome cuenta del inmenso amor que sentía brotar en mí, por mí misma, sentí tanto agradecimiento, también, a ese cuerpo tan mío, tan sentido, tan olvidado a veces...
todo él es un auténtico milagro, lo sentí grande, importante, poderoso.. todo cambió en un abrir y cerrar de ojos, sentí su alegría, su vibración, su calor ¡lo sentí feliz por mi apreciación, era como que pudiera comunicarse conmigo y decir: -¡Ya era hora hermosa...!
(GRACIAS)
Nuestros cuerpos, son un maravilloso vehículo que nos lleva por esta hermosa tierra y tan responsables somos de lo que hacemos y no hacemos a ella como a él. Se habla mucho de cuidar y amar nuestro planeta,
así como de la generosidad que debemos a los demás.
Y yo, que cada día me doy más cuenta de cuánto me falta para comprender mejor,
siento que si somos capaces de mirarnos a nossotros mismos, sin máscara, directos y buscando sinceramente en la profundidad de nuestros bellos ojos, nos apreciaremos personalmente y costará menos, mucho menos, acercarnos a mirar a otro y poder comprendernos y aceptarnos tal como hemos sido capaces de aceptarnos y amarnos a nosotros mismos, tal cual.
Sentirse es un buen principio para comenzar cualquier cambio necesario.
Cuando llames a mi puerta,
no te quedes en la entrada, pasa,
cuando llames a mi puerta, PASA
pasa, y recorre conmigo mis moradas
en todas y cada una de ellas, solo y nada más, encontrarás, amor,
AMOR,
amor, pasa, estás en casa.
(GRACIAS)