Dicen, que las hojas son del viento porque, este, es capaz de arrancarlas de sus ramas; pero no es verdad, si así fuera, podría también, devolverlas a su lugar...
Cuando estamos confusos o tristes... y cuando nos duele la vida, buscamos comunicarnos con nuestra esencia divina y sabia... queremos, en esos momentos, encontrar el ruego o la palabra justa y clara que se convierta en una oración auténtica, que parta desde nuestro amor más humano y llegue hasta el amor más íntimo y divino... porque confiamos que, eso, es lo único que sabe y puede hacer o deshacer lo necesario. Pero justo, en esos momentos, nos desbordamos y nos quedamos sin palabras... supongo que hay que dejarse un poco, desalojar la congoja y esperar un respiro para poder escuchar, y saber, qué puedes y no puedes desear de la forma más natural y sencilla.
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deseo:
Que siempre y, sobre todo, cuando te sea más necesario,
alguien te brinde una sonrisa,
te ofrezca una mano amiga
y te de una palabra de consuelo...
O sea, que el amor, siempre esté presente en tu vida.
¡Te Quiero... gracias por ser mi maestro!
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