Caen...
Caen como agotadas... sombreando o borrando vacíos con su falsa ilusión. La ilusión de ser algo más y ascender con el sentimiento del que al mirarlas las siente y acoge en su mente.
La palabra escrita en papel no es más ni menos que la sombra del pensamiento...
esa sombra, más o menos alargada, capaz y atrevida, como una gota desbordada.
O, como otra, escasa y tímida que quiere y siente que, tal vez, de su espesura no pueda salir nunca y quede, circulante, sin cuajo, con su alma tímida...
como el agua, líquida.