Decía Paramahansa Yogananda, que la amabilidad es la luz que disuelve todos los muros entre las almas, familias y naciones.
Aquí abajo tenéis la imagen de un cielo azul, del verde de los árboles en primavera y de una rosa...
¡Quién de nosotros no se siente tocado por la amabilidad de de la rosa y la luz que la rodea!
...
Hace años, en una consulta con una doctora homeópata salió el tema de la espiritualidad humana. Ella, me contaba que tuvo un momento en su vida en que sabiendo que no le faltaba nada, sentía que le faltaba todo, o algo muy importante y que no sabía qué... se sentía infeliz.
Decía Yogananda que, en la temporada del fracaso hay que aprovechar y sembrar las semillas del éxito.
Un gran místico español, como fue, San Juan de la Cruz, así nos lo mostró, saliendo fortalecido y más luminosos con su noche oscura...
"¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!"
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La doctora me contó que en su búsqueda incesante, "cayó" y al caer, se topó con algo suyo y olvidado, que no era otra cosa que la aspiración de su Ser.
Me invitó a leer unos libros de Yogananda y los leí...
...junto con otros, de vez en cuando los abro y nunca defraudan, siempre ayudan o dan paz.
Cuando comencé a meditar, hace ya años, la mejor manera y, mejores resultados, siempre los tuve escuchando una música y nada más.
En esta última semana, lo vengo haciendo con meditaciones de Yogananda. Nunca antes lo hice hasta ahora. Han sido todo un descubrimiento par mí...
son sencillas y efectivas; traen paz y concentración de manera sencilla.
Así que, me atrevo a compartir una de ellas, por si queréis probar...
Gracias por vuestra atención.