Una pandereta suena.
¡Muasks!
¡Plash! ¡Plash!
¡¡¡Suave, Suave!!!
¡Rasga, rasgando...Ay, casi arañando!
Pero suave
Pasito a paso
caminando, casi estamos llegados; a esa fecha señalada.
Esa estación;
entre gloriosa y dolorosa por las verdades que sin querer remueve,
La Navidad
Alegra a los niños y no tanto a los grandullones...
Por lo que entraña, porque siempre hay algún pesar, una pena de más por faltas...
Ausencias en el alma, en la mesa y bajo un árbol tan especial.
Es un "escándalo" la cantidad de seres que "odian" La Navidad,
¡quién sabe porqué será...!
Pero tengamos en cuenta que es la fecha en que se hace menos soportable la hipocresía...
Algo, internamente, remueve a los personajes y se sienten menos capaces de reinterpretar la falsa realidad que les consume
(que nos consume, perdón)
Es muy curioso esto, porque durante el resto del año, parace que se puede sobrellevar cualquier papel (papelón) sin pudor, con todo el descaro, como si... Como si nada.
Al final, será verdad la verdad de la celabración, puede que en secreto, todos, aspiremos al más hermoso regalo y esperemos cambiar algo, a costa, a veces; de odiar la inocencia del ritual.
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Cada vez suenan menos panderetas pero Se acerca Navidad, no tengamos miedo a dar y recibir.
Besos
Os deseo lo mejor y más necesario a cada uno de vosotros.