23 noviembre 2016
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Cantero
Como aprendiz, de tu mano voy. Contigo aprendo…
Tocando y acariciando apenas,
con miedo, tantas veces.
Tiemblo y enhebro mi vida, casi a tientas,
acomodando visiones con experiencias.
Y llorando cuando, torpemente, rompo en pedazos las piedras de tu cantera.
¡Ay cantero! No me sueltes, no me dejes a medias... ¡tómame!
tómame, como a tantas otras piedras
que no sueltas hasta…
¡hasta su amanecer de estrella!