Misterio Fecundo
El aire alguna vez fue música... y, fue ella la que le enseñó a danzar.
La noche, pone fin a lo que parece eterno.
La noche toca y me adormecen nanas del alma.
Voces, de lo fecundo y misterioso, llenan mis huecos más íntimos.
La húmeda neblina asoma y espera el rayo que desvela el alba…
Ojos tiernos, casi ciegos,
llenos de la vida nueva alentando la mirada.
Juguetea aún, traviesa, la noche...
Se está yendo, me guiña y se esconde de nuevo.
El sentir, sin nombre, comienza a latir.
Lo mismo baila al compás más clásico que se estrena con danzas revolucionarias
Compases del tiempo van y vienen llenando todo…
Entre sombras te descubres,
como Luz de un nuevo día.
Y, con nuevos tonos,
Anuncias la Amanecida