No acaricies a un caballo solo para poder montarlo...
Hoy quiero reflexionar sobre el "conflicto inconsciente" en que vive el ser humano. Lo primero, aclarar que lo he entrecomillado, porque no es inconsciente al 100% o, al menos, eso he observado personalmente.
Desde el nacimiento ya se nos va condicionando, se dice (aunque hoy por hoy, ya sé que todo empieza mucho antes)
Naturalmente todos esos condicionamientos, de todo tipo y llegados de todas partes, van a influir mucho en nosotros. Pero no tenemos que cargar con ellos para siempre... hasta siempre, significa, hasta que expiremos en esta experiencia, osea, hasta llegar a eso que por estos lares, llamamos muerte.
Aunque, como digo, no tenemos que vivir definitivamente condicionados a todo eso llegado de fuera de nosotros y asumido como propio, hay personas que jamás se imaginarían que ellos, no son eso y que pueden "soltarse o salir de ese encasillamiento", que aceptan como lo más natural, aunque incluso, sientan que les impide acceder a otro tipo de vida que creen les gustaría mucho más y en el que sufrirían mucho menos.
Y esto, no solo provoca dolor a la persona, por creer que "al ser como es", no puede llegar a, o hacer tal. Sino que, también, puede crearle un gran conflicto, a veces, con el resto de personas que ellos ven que sí son como a ellos les gustaría ser y que tienen aquello que no se han atrevido a tener o buscar, por sentir profundamente e "inconscientemente" que no son válidos o capaces de conseguirlo. Este tipo de personas, pueden tomar diferentes caminos o estrategias de vida:
1-El camino de la resignación, que les hará sentir pena y lástima de sí, decidiendo:
"es lo que me ha tocado" "hay que aguantarse y llevarlo lo mejor posible".
Y, eso, es tanto como sentir que tú no puedes hacer nada por ti... es crear, sin darte ni cuenta, un pozo de amargura donde ahogar tu vida.
2-El camino del enfado hacia afuera...
haciendo responsable de toda frustración y amargura, a todo aquél que vea en la situación que que le hubiera gustado vivir a sí mismo... y decide tomar un papel algo o muy revanchista como persona. Es esa que, cree que la causa de su infelicidad y pobreza personal, es de cualquiera menos ella. Por ejemplo la tiene:
La familia que le tocó, el jefe que no hay más remedio que soportar, algún amigo que le sobra o que le falta y no llega..., el marido que la engaña o la mujer que lo agobia. Un primo que es estúpido pero que siempre cae de pies (el muy c...), un hermano que va a lo suyo y no se acuerda de lo que hizo ella, por la familia. La suegra, que piensa que tú no mereces a su niño o niña... el trabajo por exceso o el paro por defecto ; el gobierno, por su desgobierno. El mundo traidor, el dios en que creen o el dios en que no creen...
son esas personas, que no sienten agradecimiento por nada de lo que tienen en su vida porque nada les gusta y porque si hay algo que sí les gusta, lo tienen gracias ellos, nadie les ayudó ... estas personas, no saben dar las gracias ni por educación y disculparse, aún menos.
Y, si algunas vez sienten que te deben favores, ¡ corre, correeee... no te quedes que es peor! porque si has podido ayudarles es porque, según ellos, estás en una mejor situación que... cuando ellos sienten que son mejores que tú y lo merecen mucho más. Ir de salvadores con ellos, es muy peligroso, si te gusta ese papel, procura que no se note. Y si lo que buscas es que se note y ser guay, a este tipo de personas, mejor déjalas al margen de tu "caridad"
Y voy terminando... queda otro camino.
Está, El Camino de la observación de uno mismo, que te lleva a un aprendizaje, que puede liberar:
libera de la lástima,
libera del enfado y envidia hacia otros...
un camino que te podrá llevar a obtener los frutos de la satisfacción desde sí y para sí mismo, sin necesidad de dependencias emocionales, ni de mal mirar a otros y, mucho menos a ti.
¿En qué consiste esa observación?
En darse cuenta de que cada semilla da su propia planta, flor, fruto y, Semilla... si quieres margaritas, no siembres ortigas.
En prestarnos la suficiente atención como para darnos cuenta de que cada causa, tiene su propio efecto en nuestro mundo.
Cómo sentimos, pensamos hablamos y actuamos llenan nuestra vida de esos modos, osea, atraemos y provocamos todo lo que resuena energéticamente con nosotros.
La raíz de algo, nos guste o no, siempre tiene que ver con nosotros de nosotros.
Y, si aceptamos esto, tomaremos el control de nuestra vida... si tenemos ese control, tenemos el poder de ver... de ver, por fin, que todo puede cambiarse ( en nosotros) y que ese cambio depende de uno y no de otros y sus circunstancias. Todo depende de si estamos dispuestos y preparados para ello... para tomar las riendas, amar, alimentar y respetar a nuestros caballos.
Y, por favor, no acaricies a un caballo solo para poder montarlo.
¡Gracias!
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