Ella, me había contado mil y una vez, que a mí me trajo la cigüeña una noche muy bonita:
"Fue una noche muy bonita... papá y yo estábamos muy contentos y, también, un poco nerviosos. Él, se asomaba continuamente al balcón, a ver si os veía venir... yo estaba ya acostada, porque estaba cansada. La noche era muy clara, porque había luna llena y como fué por mayo, no hacía ni pizca de frío. De pronto, papá dijo: ¡Ya viene,... es una cigüeña y trae un bebé en el pico...!
Entonces, papá, abrió de par en par y salió a recogerte.., dió las gracias a la cigüeña y te trajo a la cama conmigo... cuando vimos que eras una niña, nos pusimos muy contentos, pues era lo que habíamos pedido en la carta..."
Ella, también me contaba que yo había sido la última niña del cielo, que ya no quedaban más, y que de milagro me trajeron con ella, porque mi tía (su hermana) también había pedido una niña y llegó la carta un poco después que la suya... "Por eso, la tita, solo tiene niños y no tiene niñas"
"¡Fijate, si mi carta llega después, hubieras sido mi sobrina y no mi niña...!
La verdad, no sabía si me digustaba mucho la idea, pues mi tía era más cariñosa, muucho más y, taaan paciente..., siempre tenía tiempo para escucharte y darte mil besos y abrazos... y, la paciencia, no era algo que mi madre practicase mucho.
Pero no tardé en darme cuenta, que no había mujer a la que quisiera y necesitase más ... apenas había cumpliñdo cinco años cuando me apartaron de ella. Cuando volví a estar a su lado, siempre tuve miedo de que volviera a pasar... recuerdo, que siempre pensaba que me iba a dejar en cualquier esquina y se iba a echar a correr ¡tanto era el miedo que sentía!
Me explicaron, mil y una vez, porqué tuvieron que dejarme en casa de los abuelos, e incluso, yo, lo sabía y creía entenderlo... pero, mi subsconciente no lo entendió y lo tomó como si fuera un castigo por algo que no hacía bien, creo; así que, siempre propcuraba, dentro de mis posibilidades, no sacar los pies del tiesto...
Poco a poco fui sintiendo que mi madre no era la madre que a mí me hubiera gustado tener, aunque conscientemente razonase que hacía lo que podía y, demasiado dolor le había tocado vivir...yo, siempre "comprendía" e intentaba justificarla,
con esas cosas que se piensan porque quieres disculpar a alguien que quieres, necesitas y admiras...
porque, ciertamente, yo admiraba a mi madre en muchos aspectos... podía presumir de madre, la verdad. Por aquellos, tiempos, no había muchas mujeres preparadas, tan inteligentes y además, era guapa y elegante, muy elegante... pocas veces, iba a recogerme ella al colegio, pero cuando lo hacía, ¡qué orgullosa y qué grande me sentía a su "sombra"!
Pero claro, ella, creía que todo había que hacerlo, pensarlo y decirlo a su modo y manera... y eso, conmigo no funcionaba... si a eso se suma su inmenso control, creo que hubo momentos en que "la odiaba". También comencé a ver que su "feminismo" era un poco de pose, porque consentía cosas a mi padre que yo no soportaba, y cuando me enfrentaba, yo, a esas cosas, jamás se puso de mi parte... me sentí traicionada y en alguna ocasión abandonada, maltratada y humillada... en un mundo que llaman de hombres en el que algunas mujeres, parecen colaborar a que siga siendo así, a costa de sí mismas y de sus hijas, porque hay cosas y situaciones a las que dan un valor que no tienen...
Me decepcionó tanto, tanto, que yo pasaba un poco ( o mucho) de ella... llegó un día en que me dijo que la trataba como si la despreciara... la vi llorar y me sentí muy mal... ella, hacía mucho que había comenzado a admirarme y sentía que yo,a ella, ya no, que había cambiado mucho... eso me dijo.
Yo, llevaba mucho dolor dentro, mucho... la quería y sentía incluso pena por ella, pero no era capaz de perdonarla y mucho menos, de ser o actuar según lo que esperaba de mí..., cambió su técnica soberbia y comenzó a hacerse la víctima, a veces, para intentar controlarme y tenerme más cerca en lo posible...
Yo, ni podía ni quería volver atrás... sí, hice de tripas corazón, para decirle que la quería muchísimo, como siempre, y que seguía admirándola,(mentí) pero que ya no podía esperar que siguiera siendo como una niña... y para que no sintiera que la distancia era afectiva, creeé distancias físicas, porque cerca de ella no podía vivir, me amargaba bastante la vida,...ella, no aguantaba mi independencia,que viviera mi vida al margen... al margen de ella y la familia.
Han pasado los años, muchos años... ella, es ya una anciana, muy anciana,y, a pesar de su senilidad, me sigue reconociendo, y cuando estoy a su lado, incluso, intenta hablar, sonríe y se la ve feliz...
yo, soy una mujer, algo madura ya... no lo digo por los 61 años que este cuerpo físico acaba de cumplir hace unos días... lo digo, porque he crecido y madurado "algo" esencialmente. En esta vida, he vivido experiencias que me han ido "despertando" "algo"... este "algo" me ha dado o despertado un no sé qué... puede ser una luz que me hace mirar con otra comprensión, que despierta en mí "bondad y amor"... es algo que comenzón hacia mí, primero, y que luego se ha extendido a lo demás...
Es cierto como dicen que si tú te amas, te cuidas, te respetas, puedes dar algo así a lo otro... miras de otro modo... si te comprendes como humano a ti, puedes también comprender " lo otro" y si miraras la grandeza que hay en ti, tmbién la ves y amas en todo lo otro.
Por eso, ahora ya, he podido mirar, y amar limpiamente sin interferencias a mi madre, comprender nuestra vida en común... y, a pesar de que , su apariencia humana, es casi "un despojo", solo puedo sentir amor al mirarla, al tocarla, al atenderla... le estoy inmensamente agradecida por mí, y por todo... sé que solo, con ella, podía vivir las experiencias necesarias para llegar a donde estoy, para ser capaz de salir del nido, de buscar, de investigar, de desapegarme y crecer en esencia... con otro tipo de madre, una madre como la que yo deseada, no hubiera podido ser... sé que fue lo que tuvo que ser, con ella y todos,.. y la bendigo y doy las gracias mil y una vez,..
Perdona, madre mía, creí que se trataba de ti y no de mí,
Perdóname por haberme ido, por no comprender...
eres inocente, eres un ser de luz que se prestó a servirme, gracias.
Y me perdono, también a mí,
por no saber, por herirte con mi desprecio.
Me perdono por toda mi ignorancia...
Merezco todo mi amor,
merezco perdonarme complentamente
y me bendigo.
El Amor me ha buscado para reencontrarme contigo
Eres El Ser de Luz que Yo soy
Algo Así Soy Yo
NAMASTE
Agradezco haber llegado a este punto en el que yo, he sabido lo que significa y es el perdón hacia uno mismo... bueno, al menos, he comenzado a sentir y vivirlo.
Llegada a ello, todo rencor o resentimiento hacia otro cae,...
que nada está en el otro o es por otro, sino por ti.
Que no se deprecia a otro, sino a ti,
que nadie es tu enemigo, sino tú...
y que nadie puede amar o amarte sino tú
porque solo estás tú en tu vida...
... aunque, esa soledad está llena de vida, de amor y de seres de luz...
así es en el cielo como en la tierra
Arriba como abajo